domingo, 3 de junio de 2012

Novecentismo y Vanguardias


Entre 1914 y 1918 se desarrollaba en Europa la Primera Guerra Mundial, mientras que España experimentaba un proceso de crisis y recesión que la condujeron a huelgas, desembocadas en la dictadura de Primo de Rivera en 1923. Por lo tanto, teniendo en cuenta este contexto se desarrolló el Novecentismo, que es el movimiento literario surgido a mediados del siglo XX y se apoya en autores como: Unamuno, Valle-Inclán. Machado y Ortega y Gasset, que funda la Revista Occidente en 1923. Además, el término fue acuñado por Eugenio D´Ors para todos aquellos autores que rompían con el ochocientos. Sin embargo, este movimiento se desarrolla paralelo a las vanguardias, lo que permitió que ambas se desarrollaran en España y Europa.

En el ámbito político-cultural este movimiento parte de un reformismo burgués que presenta la idea del cambio desde arriba y el elitismo, que se deshace de las actitudes decimonónicas, siendo también antirománticos y atendiendo a lo universal, haciendo además, gala de la pulcritud y el análisis de los problemas de una forma más serena y objetiva, que aportan menor patetismo. En cambio, en lo estético, los novecentistas rechazan el surrealismo y el sentimentalismo, para buscar lo apolíneo, clásico, sereno, pulcro y equilibrado. Por otro lado, abandonan la dicción interjeccional que busca el placer en la estética y se preocupa por el lenguaje, huyendo de lo fácil.

El ensayo se inaugura con Eugenio D´Ors, que escribe Tres horas en el Museo del Prado, y va seguido de Gregorio Marañón con Don Juan, y Ortega y Gasset con La revolución de las masas. Ests nuevos autores se centran en la política y la sociedad, el pasado y los personajes históricos, aunque también aparece el estilo elegante y claro que presenta la vida humana y la historia, meditando sobre el hombre y su entorno. Por otra parte, la novela continua la línea noventayochista con Concha Espina y La esfinge maragata y se enfrenta al sentimentalismo con el intelectualismo, mediante autores como Wenceslao Fernández (El bosque animado), Gabriel García Márquez (Memoria de mis putas tristes) y Ramón Pérez de Ayala (Luz de domingo). En cambio, en la poesía destacan Fernando Villalón y León Felipe.

Junto al novecentismo o Generación del 14 aparece el vanguardismo, bajo la influencia del surrealismo, el cubismo y el dadaísmo europeos. Dentro de este movimiento de lucha y oposición que huye de lo sentimental, anecdótico y patético, aparece: una vanguardia alegre y confiada, que se desarrolla durante los años 20 mediante el humor y la literatura pura; que va seguida de una vanguardia comprometida y angustiada en  los años 30 que prefiere la impureza, y la literatura de raíces humanas. Esta situación se vio apoyada por Gómez de la Serna, que con Prometeo integra la greguería y la literatura europea, y, Ortega y Gasset, que se interesa por el nuevo arte en La deshumanización del arte.

Finalmente, los ismos españoles serán: el ultraísmo (rechazo de lo trágico y sentimental, junto al distanciamiento de arte y vida, que elabora risas, juego y humor), el creacionismo (crea nuevas realidades y mundos para dejar de imitar el verdadero mundo, y así divide vida y literatura), y el surrealismo (rehumanización del arte, conectar con lo oculto y la psique humana, rechazando la poesía pura y creando nuevas estrofas). En definitiva, destacan: Guillermo de la Torre, Gerardo Diego y Francisco Larrea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario