sábado, 2 de junio de 2012

Descartes

"Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez"

Descartes es un filósofo perteneciente a la Edad Moderna, que desarrolló su pensamiento en torno al racionalismo occidental del siglo XVIII. Este movimiento filosófico exaltaba la razón humana como capacidad cognoscitiva, y entendía que el conocimiento surgía de la razón, donde se crean las ideas innatas sin necesidad del conocimiento sensible. Los racionalistas pretenden crear una ciencia universal admirando las matemáticas como arquetipo de la sabiduría. Como buen racionalista, Descartes inicia su pensamiento con la elaboración de un Método unitario que le permita distinguir lo verdadero de lo falso. Entonces, se fija en las matemáticas porque ellas siempre son verdad; la lógica, el álgebra y la geometría son fuentes certeras y seguras, y son las virtudes de las matemáticas. La Duda debe ser universal, metódica y teorética, es decir, debe dudar de todo, alcanzar la verdad y extenderse a la reflexión filosófica. Los sentidos nos engañan y funcionan como fuentes inseguras de conocimiento, que media entre la realidad y los pensamientos; sin embargo, la razón también puede errar: es difícil diferenciar la realidad de los sueños y además, tengo un genio maligno que me hace dudar hasta de lo que tengo certeza. De esta serie de ideas nace la Mathesis Universales, método que a partir de la deducción universal-particular es capaz de llegar de una verdad cierta a las demás verdades, es una ciencia especial que ofrece ciertas ventajas. Cuando nos hablan de un método, entendemos que es un conjunto de reglas ciertas y fáciles que hacen imposible tomar lo verdadero de lo falso, y nos ayudan a avanzar hacia el conocimiento verdadero a partir de la ciencia.  La verdadera certeza proviene de razonamientos intuitivos y concretos que no dan lugar a error. Las fuentes de conocimiento certeras son la deducción y la inducción; la deducción como descubridora de las conexiones entre ideas simples, y la inducción como algo natural que permite a la razón captar las ideas simples sin errar. Las reglas cartesianas del Método son cuatro, todas ellas necesarias para alcanzar la verdad: la evidencia consiste en admitir lo que se encuentra en nuestra cabeza con tal certeza que no haya lugar a duda, el análisis pasa de ideas simples a ideas complejas, la síntesis revierte lo realizado por la síntesis, y la enumeración revisa todo el proceso para evitar errores. Todo método se reduce a la evidencia, por lo que hay que encontrar una evidencia de la verdad que nos lleve directamente a la verdad absoluta. Descartes continua este planteamiento con el Cogito, que permite conocer la existencia de cada uno. Con la duda metódica ha dejado en suspense todas las certezas excepto las normas morales. El pensamiento determina la existencia: cogito ergo sum; pienso, luego existo. Puedo dudar de todo menos de que estoy dudando, no puedo dudar de mi pensamiento porque determina mi existencia. En definitiva, el único ser que aparece y se da con total seguridad es el pensamiento. Gracias al análisis y la clasificación de las ideas, Descartes ha encontrado una idea clara que puede diferenciar con precisión mediante un proceso deductivo que consiste en la clasificación de ideas: las ideas adventicias provienen de la experiencia externa, las ideas facticias provienen de la imaginación y la voluntad, y las ideas innatas al provenir de la razón se tienen por naturaleza. Finalmente con el estudio de la realidad trata diversos temas: el origen de la sustancia y las tres res. Se opone a Aristóteles cuando dice que una sustancia no necesita de otra para que exista, por lo tanto, Dios es la única sustancia. La res cogitans trata el tema de la existencia: sé que existo pero en la medida que pienso, dudo de que exista mi cuerpo porque es perceptible por los sentidos, sé que el pensamiento y el cuerpo funcionan de forma independiente, pero este último se encuentra unido con el alma. La res infinita trata la idea de perfección: si tengo la idea de perfección es porque existe un ser perfecto, tengo la idea de perfección porque sé que es imperfecto dudar, y si la idea de perfección no viene de mí, tiene que venir de un ser perfecto; el ser perfecto existe porque es perfecto y tiene base en una idea innata que prueba la existencia de Dios. La res extensa demuestra la existencia del mundo material siguiendo el planteamiento cartesiano, del que no hay que dudar. Hay que dudar del mundo sensible porque es oscuro, confuso y engañoso. Respecto a la idea de extensión, Descartes se da cuenta de que esta idea está relacionada con Dios, y mediante su método deductivo se  da cuenta de que al tener la idea de extensión en nosotros, lo extenso existe, por lo que Dios existe y no me puede engañar.

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