sábado, 2 de junio de 2012

Kant


“Todo nuestro conocimiento arranca del sentido, pasa por el entendimiento y termina en la razón”

Para Kant, que es un filósofo que desarrolla su pensamiento durante la Ilustración, alcanzar la mayoría de edad consiste en romper cualquier dogmatismo, creencia irracional o subordinación, que impida a la humanidad actuar en función de la razón. Sin embargo, los empiristas entienden que el conocimiento se obtiene de la experiencia, y los racionalistas piensan que se obtiene de la razón, sin embargo Kant, opina que el conocimiento se inicia con la experiencia pero no proviene de ella. En la crítica a la razón pura, Kant, se pregunta si es posible la metafísica como ciencia, es decir, si cumple las condiciones necesarias para que un juicio sea sintético a priori; además, analiza la capacidad cognoscitiva de la razón. El conocimiento se obtiene a partir de juicios universales, necesarios y extensivos. Un juicio científico debe ser universal porque afecta a la totalidad de todos los individuos, es necesario porque no puede no darse, y es extensivo porque amplía el conocimiento. Según extensión pueden ser analíticos (el predicado está implícito y no son extensivos) o sintéticos (el predicado está explicito  y son extensivos); sin embargo, según su validez son a priori (no son empíricos, son independientes del conocimiento sensible, universales y necesarios) y a posteriori (empíricos, no universales e innecesarios). Por lo tanto, para que un juicio sea científico debe ser sintético a priori. A continuación critica las facultades del conocimiento del hombre; primero, analiza la razón y se da cuenta de que tiene una naturaleza, unas funciones y unos límites. Es necesario saber cómo funciona la razón, cómo es posible el conocimiento científico y porqué son posibles los juicios sintéticos a priori. La estética trascendental trata la sensibilidad y estudia los juicios sintéticos a priori en las matemáticas, porque le conocimiento siempre se desarrolla en el espacio y el tiempo: todo lo que percibimos lo ordenamos en estas estructuras a priori de la experiencia, y los fenómenos que se dan en nosotros son el objeto que se adapta a la forma de conocer del sujeto (giro copernicano). En la analítica trascendental estudia el entendimiento y los juicios sintéticos a priori en la física, entiende las impresiones sensibles para convertirlas en conocimiento: los juicios están integrados en conceptos que dan sentido a las impresiones y pueden ser empíricos si provienen de la experiencia y categorías, si son estructuras a priori del entendimiento que a su vez se dividen por la cantidad, la cualidad, la modalidad y la relación. Finalmente, la dialéctica trascendental analiza la razón y observa que la metafísica no puede darse como un juicio sintético a priori, por lo que la metafísica no es ciencia.  De este postulado deriva la crítica al ilusionismo trascendental: las ideas de Dios, alma y mundo son empíricas, es decir, que si creemos en ellas estamos cayendo en el ilusionismo trascendental, pero aún así estas ideas no son ficción porque no hay que olvidar que provienen de la razón. Aquí aparece el noúmeno, pero que ahora no es un límite para el conocimiento, sino que hace referencia a lo limitado del ser humano en la libertad. Continúa su pensamiento con la crítica a la razón práctica: el hombre posee una razón teórica y una razón práctica que se obtiene en el momento que la razón teórica funciona de guía; el conocimiento y la ciencia no sirven de nada si no hacen más moral y humano nuestro comportamiento. Según Kant aunque existe una variedad ética todas son materiales, es decir, están marcadas por una idea de Bien y basadas en una serie de normas y preceptos; estos, son empíricos o imperativos hipotéticos, y heterónomos. Esto ocurre así porque los preceptos nos dicen que hacer o evitar estando contenidos en la experiencia particular, lo que impide que la ética se fundamente en un bien; y también se refiere a que la voluntad viene determinada por principios que no vienen de la razón, por lo que al ser no esenciales, la ley que viene impuesta desde fuera es la que se somete al sujeto. Lo perfecto sería que el ser ilustrado no siguiese estos propuestos propios de un menor de edad, y se emancipase, creando una ética autónoma y formal. Definitivamente, Kant propone una ética que carezca de contenido y nos diga cómo debemos hacer las cosas. Lo que Kant propone son imperativos categóricos que permitan el cumplimiento sin excepciones de un principio de universalidad que permita tratar a los demás como si fuesen fines en sí mismos, es decir, con una actitud desinteresada que solamente se base en el amor al deber (el deber por el deber), combinado con un respeto a la ley, porque solo cuando la voluntad se somete al deber ejerce libertad. Finalmente, termina de demostrar que la razón pura no es posible como ciencia y que la razón práctica en su uso práctico exige libertad  (una ley moral que permita al hombre ser libre), el alma inmortal (el alma no puede llegar a la perfección, por lo tanto, al estar llamados para alcanzarla, debemos ser inmortales) y la existencia de Dios (la felicidad y las virtudes marcan el progreso, el dios que existe es el de deber y ser). Esto son una serie de postulados no demostrables que son necesarios para que la moral tenga sentido.

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