La Generación del 27 es un movimiento influenciado por la
dictadura de Primo de Rivera en 1923, la Segunda República en 1934 y la Guerra
Civil en 1936, acontecimientos que dan nacimiento a unos autores que no
comparten el mismo estilo, pero sí los mismos gustos y afirmaciones estéticas.
Además, todos ellos tienden al equilibrio y refrenan una emoción que se
encuentra estructurada en el intelecto, también aportan equilibrio en la
concepción clásica y romántica de la poesía, que ahora se preocupa por la
autenticidad humana y la exigencia estética. Por otra parte, se encuentra la
convivencia entre lo culto y lo popular, ya que los autores elegidos realizan
una poesía renovadora de los movimientos vanguardistas a los que admiran,
totalmente destinada a su pueblo.
Hasta 1927 se emplean los tonos becquerianos con ápices de
modernismo, surrealismo y ultraísmo; que dan lugar a una poesía pura que sigue
a Ramón Jiménez, y una huella clásica que admira a Góngora y se centra en la
creación de estrofas. Sin embargo, a desde esta fecha hasta la Guerra Civil, la
poesía vive un proceso de rehumanización que se centra en el surrealismo,
encargado de alejar a los escritores de la poesía pura y encaminarlos hacia lo
social, apasionado y humano; teniendo en cuenta las circunstancias que provocan
exaltación social y política, acompañada por Alberti o Cernuda, entre otros
militantes republicanos. Finalmente, al terminar la guerra, aparecen autores no
exiliados como: Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre y Gerardo Diego, y otros que
se convierten en poetas solidarios que realizan una poesía pura, humanizada y
angustiada, que llora por su patria perdida.
Los autores que destacan en esta etapa comparten
características que les unen, como puede ser el tema principal de la patria
perdida. Además, se centran en la pureza y en la creación de una poesía
desarraigada que sigue alguna línea vanguardista, pero es más pura y
tradicional con variedad de temas, tonos y estilos. Además, son autores
pesimistas que admiran la lucha y hacen competir al deseo y la realidad, lo que
les lleva a una evasión que se centra en la soledad y el tiempo. Por otra
parte, como características de menor importancia se encuentra el empleo de
versos cortos junto a la preocupación
existencial, que fusiona al hombre con lo creado. En definitiva, los autores
más destacados son: Pedro Salinas con Confianza, Jorge Guillén con Clamor,
Gerardo Diego con Imagen, Dámaso Alonso con Hijos de la ira,
Vicente Aleixandre con Sombras en el paraíso, Lorca con Poeta en
Nueva York, Alberti con Cal y canto, Cernuda con Las nubes,
Emilio Prados con El jardín cerrado y Manuel Alto-Aguirre con Ejemplo.
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