domingo, 3 de junio de 2012

Marx

"La razón siempre ha existido, pero no de forma razonable"

Karl Marx fue un filósofo y político prusiano caracterizado por su afán revolucionario. La época en la que vive, es en la que la burguesía consolida su poder dejando al margen al absolutismo y la aristocracia, y la clase obrera gana posiciones en autonomía organizativa y política. Primero tuvo lugar la Restauración, en la que la burguesía buscaba reformas sociales y políticas similares a las de la Revolución Francesa, por lo que se unen a la clase obrera para enfrentarse contra la monarquía; sin embargo la clase obrera comienza a tener sus propias exigencias, por lo que se separa de la burguesía y terminan enfrentadas. La obra más famosa de este filósofo es El Capital, y su ideal estará formado del idealismo hegeliano, la economía política-clásica, el anarquismo y el socialismo utópico. Marx estudió en la Universidad de Bom (1812) y en la de Berlín, donde hizo derecho. Tuvo que trasladarse varias veces por motivo de sus ideales, lo que le llevo a pasar por París (1845) donde conoce a anarquistas y socialistas, Bruselas donde conoce a Engels y realizan el Manifiesto Comunista, Colonia, Viena y Londres, donde muere en 1883. El pensamiento de Marx se inicia con una crítica a la filosofía hegeliana, a Feuerbach y el análisis socio-económico. Aparece un nuevo concepto de Razón, que es el de la Razón absoluta, infinita y creadora (tesis, síntesis y antítesis). La filosofía sirve para comprender la realidad, ya que es la Razón Infinita; entonces rechaza el idealismo hegeliano: Hegel afirma que todo es real, y Marx lo niega porque asegura que la existencia del proletariado niega la justicia, la libertad y la realización del hombre. Además critica la filosofía como saber teórico, ya que esta debe ser el motor transformador de la realidad y las condiciones de vida del hombre. A continuación, a partir del idealismo de Hegel surgen dos corrientes: la derecha hegeliana que justifica el orden social, político y económico mediante conceptos de la filosofía de Hegel, y la izquierda hegeliana que afirma que toda realidad no justificada debe ser cambiada mediante la dialéctica (motor de progreso y transformación. Sin embargo Marx arremete contra las dos diciendo que hay que pasar la justificación del orden socio-económico a la crítica de dicho orden, y mediante el análisis político-económico encontrar las causas de la injusticia social provocadas por la burguesía e impulsar su transformación. El socialismo-utópico lo convertirá al ámbito científico revolucionario (sociedad ideal sin conflictos siguiendo la línea de Tomás Moro y Platón, y surgido en Francia e Inglaterra con Forier y Owen), y con el anarquismo fundado por Proudhon y Bakunin tendrá varias disputas, ya que la anarquía pretende abolir el estado como solución, lo que provoca un choque con el comunismo y la primera escisión en el movimiento obrero, que será visible en la I Internacional. 

La antropología marxista está caracterizada por la acción y tiene las siguientes cualidades: ética, materialista, solidaria, revolucionaria, económica, científica y atea. El humanismo es la superación del idealismo y el materialismo, para que el hombre esté fundado en sí mismo y en la humanidad como especie. Tiene influencia de Feuerbach y de Hegel, que presenta al hombre como un ser genérico que forma parte de una especie en la que encuentra su sentido. El humanismo marxista tiene dos fases: la fase negativa consiste en la supresión de la propiedad privada para que el hombre sea dueño de sí mismo, y la fase positiva consiste en el ateísmo para que el hombre pueda entenderse como su único y propio centro. Por lo tanto el humanismo perfecto es en el que el hombre toma inicio positivamente de sí mismo, sin necesidad de negar nada. Dios no crea al hombre porque este se crea a sí mismo mediante el trabajo material productivo, el hombre controla todo por su esfuerzo. La esencia del hombre se caracteriza por ser material: la esencia del hombre no es metafísica porque es propia de su naturaleza, y privarle de ella es lo más funesto que puede pasarle al hombre, que además es un ser no terminado que camina hacia la plenitud (siempre está incompleto); por último, es el hombre quien crea la historia. Esto nos lleva a la praxis: el hombre está llamado a transformar la realidad social mediante la praxis (acción). El trabajo productivo lleva a pensar y realizarse. Hay que conocer la verdad para transformarla, es la unión de la teoría y práctica. Mediante la praxis libera alienaciones para alcanzar la realización humana. Marx concibe la realidad materialista, historicista y dialéctica, hace referencia al hombre entendido por su relación con la materia y el objeto en su actividad. 

El materialismo dialéctico consiste en la visión dialéctica de la realidad material (cosmología) y tiene influencia de Hegel, que afirma que todo es materia en continua interacción y movimiento. La realidad es un conjunto de oposiciones que provocan cambios que llevan a formas superiores a la realidad. Los elementos de la naturaleza forman un todo unido y articulado. Esto conduce a la tesis o primera fase del proceso evolutivo en la que se llevan a cabo cambios cuantitativos no esenciales, que en la segunda fase serán cambios cualitativos pasando de un ser a otro de orden superior. A continuación la antítesis explica la fuente del movimiento sin recurrir a algún agente externo que funcione de motor, por lo que este movimiento se encuentra en cosas o fenómenos que producen contradicciones internas (explicación de la vida socio-económica). Por último la síntesis es el resultado de la antítesis: la realidad es una unidad de contrarios (contradicciones internas) impulsados hacia su negación para producir su desarrollo. En conclusión, es la visión dinámica de la realidad tomada de la dialéctica de Hegel, el materialismo de Feuerbach, el evolucionismo de Darwin y la praxis marxista. Realidad formada por contradicciones internas que conducen al cambio y transformación. Por su parte el materialismo histórico (ciencia como historia) consiste en interpretar la historia a partir de los condicionantes materiales de producción, ya que la historia es dialéctica y funciona como motor de los cambios cualitativos (contradicciones internas de las formas sociales). Por lo tanto es la aplicación del materialismo dialéctico al ser humano: procesos económicos y productivos. Para explicar la historia se necesitan factores técnicos, materiales y económicos, que son la base del cambio de la realidad histórica. La economía es la base del proceso histórico humano y es interpretada en función de los factores productivos. Sin embargo la interpretación política, filosófica y religiosa, son producto de la ilusión ideológica de cada época.

A continuación Marx realiza una interpretación de la realidad y su transformación basándose en tres puntos: alienación y sus tipos. La alienación en el trabajo y la transformación de la realidad. La alienación es el alejamiento del hombre respecto a sí mismo, y si esto se traslada al ámbito social, es el empobrecimiento empírico y real del hombre porque sus obras son arrebatadas por estructuras explotadoras que le roban su acción, la propiedad y la razón de existir; la religión es el consuelo frente a la máxima opresión, la filosofía es la ilusión que transfiere la realización humana a lo irreal, la alienación política nos hace creer que el estado es un instrumento que nos defiende cuando en realidad es un instrumento represivo de la clase dominante, y la alienación social nos oculta la verdadera lucha de clases. En la alienación en el trabajo explica que las fuerzas productivas tienen distinto valor en cada etapa de la historia y por eso ha surgido el feudalismo, capitalismo y la esclavitud. 

En el capitalismo el trabajador aporta la fuerza y el propietario las medidas, por lo que la relación de producción es en realidad una explotación que da lugar a la plusvalía, de la que se aprovecha el capitalista. La alienación capitalista se desarrolla en torno al producto y la producción: si el obrero trabaja y es desposeído de su producción entonces es mercancía, y si el trabajo es no voluntario y ajeno el obrero pierde su individualidad. En conclusión, el capitalismo es necesario para que el trabajador pueda subsistir pero es la causa de todos los males de la humanidad y tiene el poder dialéctico de conducirse a su límite. Marx es partidario de transformar la realidad mediante la unión entre el análisis e interpretación de la realidad, la praxis y el planteamiento dialéctico. El capitalismo es necesario, inevitable y posee una rutina evolutiva que lo condena. La solución es el materialismo dialéctico, lleno de contradicciones (bipolarización) que lo llevarán a su destrucción. Sin embargo, este sistema favorece la conciencia y la lucha de clases, que es el motor revolucionario del cambio social capaz de acabar con la propiedad privada y la alienación del hombre. Marx quiere acabar con el estado burgués e implantar la dictadura del proletariado. En definitiva, su ideología forma parte de lo que el marxismo denomina supraestructura: conjunto de ideas, instituciones, creencias y normas que configuran la conciencia social. Es decir, los elementos socioculturales que fortalecen la estructura: conjunto de relaciones de producción (capitalismo). Por lo tanto, la organización de las fuerzas productivas determina las formas políticas y la organización social. La ideología marxista nace de un falso método y un conjunto de relaciones que configuran la vida social. Por eso ataca a la filosofía alegando que no se preocupa por la transformación radical de las formas de producción. La ideología es presentada como un filtro que deforma la realidad. Pr eso surge la necesidad de transformar las formas de producción que llevarán a la transformación total de la realidad.

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