"La razón siempre ha existido, pero no de forma razonable"
Karl Marx fue un filósofo y político prusiano caracterizado
por su afán revolucionario. La época en la que vive, es en la que la burguesía
consolida su poder dejando al margen al absolutismo y la aristocracia, y la
clase obrera gana posiciones en autonomía organizativa y política. Primero tuvo
lugar la Restauración, en la que la burguesía buscaba reformas sociales y
políticas similares a las de la Revolución Francesa, por lo que se unen a la
clase obrera para enfrentarse contra la monarquía; sin embargo la clase obrera
comienza a tener sus propias exigencias, por lo que se separa de la burguesía y
terminan enfrentadas. La obra más famosa de este filósofo es El Capital,
y su ideal estará formado del idealismo hegeliano, la economía
política-clásica, el anarquismo y el socialismo utópico. Marx estudió en la
Universidad de Bom (1812) y en la de Berlín, donde hizo derecho. Tuvo que
trasladarse varias veces por motivo de sus ideales, lo que le llevo a pasar por
París (1845) donde conoce a anarquistas y socialistas, Bruselas donde conoce a
Engels y realizan el Manifiesto Comunista, Colonia, Viena y Londres, donde
muere en 1883. El pensamiento de Marx se inicia con una crítica a la filosofía
hegeliana, a Feuerbach y el análisis socio-económico. Aparece un nuevo concepto
de Razón, que es el de la Razón absoluta, infinita y creadora (tesis, síntesis
y antítesis). La filosofía sirve para comprender la realidad, ya que es la
Razón Infinita; entonces rechaza el idealismo hegeliano: Hegel afirma que todo
es real, y Marx lo niega porque asegura que la existencia del proletariado
niega la justicia, la libertad y la realización del hombre. Además critica la
filosofía como saber teórico, ya que esta debe ser el motor transformador de la
realidad y las condiciones de vida del hombre. A continuación, a partir del
idealismo de Hegel surgen dos corrientes: la derecha hegeliana que justifica el
orden social, político y económico mediante conceptos de la filosofía de Hegel,
y la izquierda hegeliana que afirma que toda realidad no justificada debe ser
cambiada mediante la dialéctica (motor de progreso y transformación. Sin
embargo Marx arremete contra las dos diciendo que hay que pasar la
justificación del orden socio-económico a la crítica de dicho orden, y mediante
el análisis político-económico encontrar las causas de la injusticia social
provocadas por la burguesía e impulsar su transformación. El socialismo-utópico
lo convertirá al ámbito científico revolucionario (sociedad ideal sin
conflictos siguiendo la línea de Tomás Moro y Platón, y surgido en Francia e
Inglaterra con Forier y Owen), y con el anarquismo fundado por Proudhon y
Bakunin tendrá varias disputas, ya que la anarquía pretende abolir el estado
como solución, lo que provoca un choque con el comunismo y la primera escisión
en el movimiento obrero, que será visible en la I Internacional.
La
antropología marxista está caracterizada por la acción y tiene las siguientes
cualidades: ética, materialista, solidaria, revolucionaria, económica,
científica y atea. El humanismo es la superación del idealismo y el
materialismo, para que el hombre esté fundado en sí mismo y en la humanidad
como especie. Tiene influencia de Feuerbach y de Hegel, que presenta al hombre
como un ser genérico que forma parte de una especie en la que encuentra su
sentido. El humanismo marxista tiene dos fases: la fase negativa consiste en la
supresión de la propiedad privada para que el hombre sea dueño de sí mismo, y
la fase positiva consiste en el ateísmo para que el hombre pueda entenderse
como su único y propio centro. Por lo tanto el humanismo perfecto es en el que
el hombre toma inicio positivamente de sí mismo, sin necesidad de negar nada.
Dios no crea al hombre porque este se crea a sí mismo mediante el trabajo
material productivo, el hombre controla todo por su esfuerzo. La esencia del
hombre se caracteriza por ser material: la esencia del hombre no es metafísica
porque es propia de su naturaleza, y privarle de ella es lo más funesto que
puede pasarle al hombre, que además es un ser no terminado que camina hacia la
plenitud (siempre está incompleto); por último, es el hombre quien crea la
historia. Esto nos lleva a la praxis: el hombre está llamado a transformar la
realidad social mediante la praxis (acción). El trabajo productivo lleva a
pensar y realizarse. Hay que conocer la verdad para transformarla, es la unión
de la teoría y práctica. Mediante la praxis libera alienaciones para alcanzar
la realización humana. Marx concibe la realidad materialista, historicista y
dialéctica, hace referencia al hombre entendido por su relación con la materia
y el objeto en su actividad.
El materialismo dialéctico consiste en la visión
dialéctica de la realidad material (cosmología) y tiene influencia de Hegel,
que afirma que todo es materia en continua interacción y movimiento. La
realidad es un conjunto de oposiciones que provocan cambios que llevan a formas
superiores a la realidad. Los elementos de la naturaleza forman un todo unido y
articulado. Esto conduce a la tesis o primera fase del proceso evolutivo en la
que se llevan a cabo cambios cuantitativos no esenciales, que en la segunda
fase serán cambios cualitativos pasando de un ser a otro de orden superior. A
continuación la antítesis explica la fuente del movimiento sin recurrir a algún
agente externo que funcione de motor, por lo que este movimiento se encuentra
en cosas o fenómenos que producen contradicciones internas (explicación de la
vida socio-económica). Por último la síntesis es el resultado de la antítesis:
la realidad es una unidad de contrarios (contradicciones internas) impulsados
hacia su negación para producir su desarrollo. En conclusión, es la visión
dinámica de la realidad tomada de la dialéctica de Hegel, el materialismo de
Feuerbach, el evolucionismo de Darwin y la praxis marxista. Realidad formada
por contradicciones internas que conducen al cambio y transformación. Por su
parte el materialismo histórico (ciencia como historia) consiste en interpretar
la historia a partir de los condicionantes materiales de producción, ya que la
historia es dialéctica y funciona como motor de los cambios cualitativos
(contradicciones internas de las formas sociales). Por lo tanto es la
aplicación del materialismo dialéctico al ser humano: procesos económicos y
productivos. Para explicar la historia se necesitan factores técnicos,
materiales y económicos, que son la base del cambio de la realidad histórica.
La economía es la base del proceso histórico humano y es interpretada en
función de los factores productivos. Sin embargo la interpretación política,
filosófica y religiosa, son producto de la ilusión ideológica de cada época.
A
continuación Marx realiza una interpretación de la realidad y su transformación
basándose en tres puntos: alienación y sus tipos. La alienación en el trabajo y
la transformación de la realidad. La alienación es el alejamiento del hombre
respecto a sí mismo, y si esto se traslada al ámbito social, es el
empobrecimiento empírico y real del hombre porque sus obras son arrebatadas por
estructuras explotadoras que le roban su acción, la propiedad y la razón de
existir; la religión es el consuelo frente a la máxima opresión, la filosofía
es la ilusión que transfiere la realización humana a lo irreal, la alienación
política nos hace creer que el estado es un instrumento que nos defiende cuando
en realidad es un instrumento represivo de la clase dominante, y la alienación
social nos oculta la verdadera lucha de clases. En la alienación en el trabajo
explica que las fuerzas productivas tienen distinto valor en cada etapa de la
historia y por eso ha surgido el feudalismo, capitalismo y la esclavitud.
En el
capitalismo el trabajador aporta la fuerza y el propietario las medidas, por lo
que la relación de producción es en realidad una explotación que da lugar a la
plusvalía, de la que se aprovecha el capitalista. La alienación capitalista se
desarrolla en torno al producto y la producción: si el obrero trabaja y es
desposeído de su producción entonces es mercancía, y si el trabajo es no
voluntario y ajeno el obrero pierde su individualidad. En conclusión, el
capitalismo es necesario para que el trabajador pueda subsistir pero es la
causa de todos los males de la humanidad y tiene el poder dialéctico de
conducirse a su límite. Marx es partidario de transformar la realidad mediante
la unión entre el análisis e interpretación de la realidad, la praxis y el
planteamiento dialéctico. El capitalismo es necesario, inevitable y posee una
rutina evolutiva que lo condena. La solución es el materialismo dialéctico,
lleno de contradicciones (bipolarización) que lo llevarán a su destrucción. Sin
embargo, este sistema favorece la conciencia y la lucha de clases, que es el
motor revolucionario del cambio social capaz de acabar con la propiedad privada
y la alienación del hombre. Marx quiere acabar con el estado burgués e implantar
la dictadura del proletariado. En definitiva, su ideología forma parte de lo
que el marxismo denomina supraestructura: conjunto de ideas, instituciones,
creencias y normas que configuran la conciencia social. Es decir, los elementos
socioculturales que fortalecen la estructura: conjunto de relaciones de
producción (capitalismo). Por lo tanto, la organización de las fuerzas
productivas determina las formas políticas y la organización social. La
ideología marxista nace de un falso método y un conjunto de relaciones que configuran
la vida social. Por eso ataca a la filosofía alegando que no se preocupa por la
transformación radical de las formas de producción. La ideología es presentada
como un filtro que deforma la realidad. Pr eso surge la necesidad de
transformar las formas de producción que llevarán a la transformación total de
la realidad.
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